mire la lampara,
su luz escurria entre hojas y ramas
pense que eso era paz
mis manos entralazadas
se aferraban a lo interminable
pero fue el sonido,
de lo inevitable
y las poesias de lo inalcanzable
que me recordaron
cuan rapido mueren los fuegos
la estela de humo me cubre ahora,
buscando brazas para alimentar
queriendo ser, escapando de no estar
abrigandome con paredes y vagas estadias
escuchando
las notas vencidas
del ayer
de las olas consumidas
a nuestro deseo
que se anda escondiendo