Me tiemblan las manos, le hecho la culpa a la paranoia. Pero es la incertidumbre, y la culpa de mis defectos que parecieran tener mas voz que yo. Me horroriza pensarlo, lo evito, lo escondo, trato de abnegarme con rutinas frivolas que no digan nada, que no expresen nada de mi y no me pongan en juicio jamas.
Pero cuando ya no hay ruidos tan solo puedo preguntarme hacia donde estoy llendo. Maniaticamente me ahogo para no responder, a miedo y conocimiento de lo lejos que me iria si me supiera libre.