Tuesday, April 29, 2014

El fuego olvidado

El hambre duele
Posada sobre mi vientre,
Con plumas incandescentes,
Aparatos de tortura.

Sus símbolos me derrumban,
Los ojos pasivos,
La quietud de su deseo.
¡Si tan solo fuera apasionado!

Acaso que los gestos se debieran
Mas al miedo que al desprecio,
Y este páramo de dudas
No se reflejara en su rostro.

Por eso no me sorprende,
Al volverse insoportable,
Que yo mismo la devore
Como un manjar celestial.

Y de sus huesos sobresalga
Mi propio rostro,
Sonriendome vencido,
Conocedor.

Incapaz de conseguir lo necesitado.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.