Bajo un paraguas maltratado escondes las pestañas, a todos pretendes engañar. Yo te miro enlutado en mi campera, cansado y hasta extraviado pero no dejo de hacer el esfuerzo de creerte. Ambos sabemos a donde vamos a ir a parar. Te sonrio pesadamente, va mas alla de mi, mucho mas de lo que siempre crei ser y que vos finjas no me ayuda, tan solo me agota aun mas. Te tomo de las frias manos, tus dedos se aferran como con miedo de que te deje caer pero te aseguro a viva voz que jamas lo haria. Por dentro profeso ese mismo temor, ¿A donde me voy a aferrar cuando sea yo el que se desmorone?. Pero entre las promesas esta todo bien, nadie sufre y nadie recuerda. Vamos perdiendo horas preciosas que realmente nada nos importan, el mundo es algo que otros viven, nosotros estamos aca.
De pronto, suenan campanas que no existen, la alarma se da y sentis la necesidad de irte lejos, suficientemente lejos. Me quedo con el remiendo de tu calor y la esperanza que te acuerdes de volver. Mientras despedazo el camino de regreso a casa voy buscando en bocas ajenas algun indicio de la que tu esbozas pero ¡Que irrepetible resulta el recuerdo!.