Sunday, May 22, 2011
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En las epocas en que el ser humano aun conocia los rostros de los dioses estos se reunian con el frencuentemente y no era mal visto puesto que era normal para el creador admirar sus creaciones. Esta es la historia de él primer ciego.
En algun cuarto de marfil, rodeado de pasillos infinitos, se encontraron el primer hombre y la mujer que dio a luz a los dioses.
Te pregunte de que estaba hecho tu trono.
Me contestaste que no era un trono, pero que estaba hecho de amuletos y perfidias.
Te afirme que si era un trono, que alli podria regir un rey durante decadas.
Me miraste sin brillo en los ojos y con la boca casi entrecerrada dijiste:
Aqui vive la maldad de los hombres y aqui no se sienta ningun rey, no es trono pues posee antes que dejarse poseer.
Con voz grave y lejana agregaste:
Y si aprecias mi amistad no volveras a mirarme a los ojos, la noche te ha vedado su senda.
Desde entonces no duermo aunque llevo los ojos cerrados, temeroso de encontrarla de nuevo, esta es mi noche personal donde no brilla ninguna estrella.
De dioses ciegos. Vol. IV - (1834-1985)
Graham & Lowry