En cada cafe, con una sonrisa un poco cincelada
Te despido suavamente,
Ya he corrido la ventana, tapado el mural
Los siglos recorridos poco importan.
Mis manos tantean aquel pocillo,
Reconocen este divan, la otra mañana.
Te pido recordar, junto a mi,
Esos dias en que el suelo temblaba,
En el cielo las nubes arremolinadas gritaban
Y si teniamos miedo, era algo compartido.
No nos creiamos acaso, dos gotas de agua,
Reflejos uno del otro,
Dioses cada uno de su fe?
Pero cuando no queda nada,
Aqui en esta cama, este peñazco,
La perdicion de lo que creiamos,
Es dificil darle un rostro al dolor.
La puerta siempre cerrada de lo ajeno,
Del gesto inequivoco de aquellos que alguna vez
Fuimos nosotros tambien.