Estimado,
Le vi el otro dia, llevaba tapado negro como de luto, estaba encastrado en su preocupacion social, me parecio loable y se lo festeje. Ud. me miro a secas, sin sutilezas, y observo:
'Corre el agua pibe, segui con lo tuyo'.
Me sorprendio, pense que nos podiamos conocer, hasta reconocernos tal vez. Y recalcando con su voz de trueno, me dibujo toda mi persona, me dejo la figura a malas, como si estuviera cosido al reves.
Me parecio inestimable su comprension de la mia silueta pero como se imaginara, esto no es carta de admirador. Mireme, si, mireme a los ojos con esto que le digo:
Quien le manda a ud. a ser tan sordo? Si soy joven y pregunto, es para saber. No me frene, que voy por buen camino y a buen puerto.
Yo se, ud. pensara:
"Este borrego no sabe ni donde esta"
No Señor, no lo se. Pero por que no me corrije la estela? No estan para eso los grandes? No es su experiencia mi porvenir?
No le pido respuesta de esto que podria ser acusacion, prefiero que lea y que piense.
Que me señale una esquina donde alguna vez tuvo un amor, o donde se peleo con un amigo. Cuenteme de sus dolores que yo tambien tengo unos cuantos muchos, si nos encontramos otra vez, que sea la primera vez (con sonrisa y ademan).
Conozcame con el corazon en el pecho y no el prejuicio en la piel.
Le dice un joven derecho,
A un hombre torcido.