El mundo es posible.
En sus caminos de piedra,
Las tazas blancas de fria porcelana,
Tardes negras de sucios nubarrones
Que todo lavan y arremeten,
Bicletas verdes y arrugadas,
Donde los viejos se sientan a hablar,
Las callejuelas de la discordia,
Piernas exquisitas que perdonan mejor que dios,
Y en las puertas inquietas
De vaso en vaso y de cuerpo a cuerpo,
Va cantando
Toda la muerte, toda
Desnuda de posibilidades,
De aciertos y tristezas,
Preparada para ser trono,
Aunque el mundo la engaña.