1.-
Me habia enseñado un viejito, que se ganaba los panes como maestro, que alla en monte todavia vivia el dios serpiente. De a guiños me decia, que el dios a veces era mujer, pero las escamas le podian todos los amores. Entre humo y migas de pan, se deleitaba recordando, todos los santos desplumados. No habia dejado nada a su paso, este dios reptante, que se enrieda en el alma y muerde con veneno de libertades. Cuando se hicieron a balas los españoles, el dios serpiente les hecho maldiciones y conjuras, que los hijos venian peludos de mas, y las niñas no sabian coser. Algunas matronas espantadas, hablaban de los precios, todo era obra de la salvaje deidad pagana. Ni hablar de los pecadores, que se amanecian amandose entre los pastos, como si fueran animales ellos tambien. A muchos y a todos golpeaba la serpiente, no habia rosario para toda esa magia. Inclusive, me contaba él, hubo unos frailes que mudaron de piel, con biblia en mano, largaron la sotana y se fueron rumbeando para donde habia fiesta y calor. Y alla se escuchan las sonrisas de la fiesta, y vuelan las chispas, los tambores rugen y proclaman al dios vivo, dios de entrañas y venganzas, que por mas horrendo y feroz que sea, todavia aprecia las pasiones y los desacatos.
2.-
'Fueron sus ojos, de fria porcelana, porque me habian hechizado, y cuando me tocaban sus manos, yo ya sabia que me llevaba el diablo.'