Te parecio incomprensible el pesar que te oprimia, en tu boca habia palabras atadas, tenias los labios cosidos y aunque intentabas gritar no habia sonido para tu desesperacion. Comprendiste que habias perdido el habla, o tu manera del habla. Así es, muy de a poco, habian injertado sus cinicas premisas en tu propio cuerpo y ahora cuando mas necesitabas rehuir notabas el ancla en tus pies, no podias surcar mas que un misero camino de tierra y pueriles vientos. Todo esto esta sucio, corrupto, no importa cuanto intentes salvarlos, te arrastran las manos que aferran tu cuello, lo que te ahoga es lo que pediste porque los muertos no cuentan, los muertos no piensan.
Tu piel es piel de medidas, de desconfianzas, de desahogos. Tu piel ahora es mentira, patente ruego de que no te lleguen mas miedos.