Thursday, December 22, 2011

Quiet, quiet now.

El arbol se desenmarañaba como un ejercicio de arquitectura alienigena, sus raices oscuras y pululantes embistian con euforia la tierra debil y quebrantada, no habia resistencia posible para la posesion que se permitia. Las aves, que fueran de trino alto y profundo, ahora meditaban, dando pequeños saltos sobre sus ramas con miedo a despertar a quien fuera que durmiese aqui. Inclusive el sol que conquistaba el dia no amedrentaba las ramas mas altas, la fuerte sabana de hojas verdes y salvajes resplandecia contra su luz sin inmutarse ni reprochar su destino. Como una araña que teje sus brazos, él extendia sus brazos queriendo abarcar el mundo entero, entrelazandose con el viento y el humo de la ciudad, ajeno a otros que quisieran desestimarlo o reprocharle, el existia, a pesar de nosotros.


En cambio, el miedo en mi se transformaba en respeto, yo le concedia al gigante de mi patio todo el sueño que necesitara, fuera dia o noche, el podia permanecer ahi mismo, absolutamente quieto, a la espera de alguna hora prometida o un final exhaustante, mientras que yo, vigilaba un poco distraido, con una revista en mano, y haciendo como que no habia nada de raro en todo esto.


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