Arrullame Leteo

Arrullame Leteo, permiteme ocultar ese reflejo detras de mi, embriagarlo de olvido, pues, ya no quiero recordar...


Proveeme de la desmemoria, induceme a no creer mas. Hoy, he sido asesinado, he visto la daga, he visto el final, pero esos... son recuerdos del futuro.
Y si! Me desplomo ante ti!
Antes tus piedras rojizas, teñidas con la fuente de la vida. Ante tus arboles negros, con sus copas cubiertas de horrores alados.
Arrodillado ante la realidad que otorgas, escribo mi existencia, la existencia de un pobre poeta. Y la cubro, si, la cubro con verguenza, porque aun... aun al escribir sobre la belleza me cegue de ella. Y si tengo algo que lamentar, es no haber brindado, no haberme embebido de una copa de vino, para luego alejarme, canturreando, una noche de abril, dos dias de otoño. Todos esos toscos momentos que ofrecen a la vida, una miserable esperanza!
Pero aun asi, trastabillante ante tu omnipotente caudal, no temo el castigo, ni temo al perpetrador. Poseo el miedo de la cordura, de quien sabe que a pesar de todo aqui no se terminan los dias.
Te ofendo?
Perdoname! Pero no fue mi intencion, no quise de alguna manera opacar las cristalinas aguas.
Tampoco es ironia mi señor, para nada! Como podria? Como osaria?
Soy demasiado pequeño, mis huesos, mis entrañas, la podedumbre que me herrumba, todo, absolutamente todo es minusculo. Ese conocimiento no puede ser olvidado, jamas sera olvidado, no se lleva en las cuencas de los ojos, ni bajo los extraños atavios del alma. Perpetrado, se acurruca, para siempre jamas bajo el lente de la carne, bajo el rey de los gusanos y las moscas.
Y seran! Todos los dias de existencia, y todos los dias del vacio!
Las necedades de las estaciones, los inviernos triturantes que abren sus brazos hacia la llegada de una primavera, con su calavera inmaculada, con sus presunciones, porque el tiempo pasa, para todos...
Vayan recuerdos! Naveguen las centurias que vinieron y las que se iran, naveguen existiendo, donde las almas nunca llegaran.


De pie, ante un rio lleno de piedras, el muchacho se fue, tan joven, tan lleno de energias, prontamente se olvido que hacia alli. Tan lejos de todo, en una paraje tan inhospito, alejandose de los recuerdos, de la vida en si.

Arullame Leteo, llevame en el desconcierto y dejame reposar, porque los vientos aullan esta noche, y sin el manto de calor que ella otorga, yo ya no quiero dormitar.