Grita tu grito, escupelo en tu vientre, que nazca donde muere tu miedo.
Ella tiembla, como una rama,
El asiente, sus dedos tararean.
Ella recuerda, se ve como un fantasma,
El la mira, le tiembla el alma,
Ella sabe, le hablan los ojos,
El se disculpa, abre su chaleco,
Ella pide perdon, hecha tierra sobre el ataud,
El no sabe si creer, saca un cigarro,
Distraidos, se desencuentran
Aun compartiendo el cuarto,
Ella gime, como una bestia,
El entrega el celo, la acecha
Ambos se vigilan,
Preparan la furia y el sexo
Ella bebe, se ahoga
El mira, la despide
El mundo que no gira,
Se entretiene
Ambos se piensan,
Sin rastros,
No hay adjetivos en la memoria,
Como fantasmas,
Lo expulsan de sus huesos
El espectro de su historia,
Bienvenido es el descanso,
Y maldita la ausencia.